El que paga al gaitero marca el tono

El que paga al gaitero marca el tono

Eso dice el refrán.

Totalmente de acuerdo.

Pero también es cierto, que el gaitero es el que decide cuánto va a cobrar, si lo que toca es:

  • Difícil de tocar.
  • Único.
  • Especial para ti.

Si haces algo que nadie pueda hacer, o solo una cantidad mínima de personas, puedes marcar tu precio.

No tiene que ser algo difícil. No tienes que estudiar una carrera.

Solo que alguien lo desee y esté dispuesto a pagar por ello.

Piensa.

¿Cuáles son tus conocimientos, fortalezas y debilidades?

¿Quién necesita lo que tú sabes?

Ahora viene lo más difícil de todo:

Poner el precio y salir a vender.

Aquí es cuando el que sale de fiesta es el síndrome del impostor, a pasárselo pipa:

  • No me gusta vender.
  • Nadie me comprará si encima subo los precios.
  • Hay profesionales mejores.
  • ¿Quién soy yo?

Y un largo etc..

El problema más gordo de todos es la mentalidad.

Si no la cambias, será imposible que te ganes bien la vida vendiendo tus productos y servicios.

Tendrás peores clientes y nunca tendrás libertad.

 

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